Para solucionar el problema de la sociedad, es necesario primero, solucionar los problemas que surgen en las familias ;
como todos sabemos, la familia es el núcleo de la sociedad por lo
tanto, si ella se estropea, toda la sociedad queda corrompida. Los
padres son los gestores principales y más importantes de la formación en
la familia, es por eso que tiene la gran responsabilidad de educar
adecuadamente a sus hijos, quienes serán los jefes de las futuras
familias que integren la sociedad.
Promover el amor a la vida es el punto de partida, si los padres no saben valorar la importancia de la vida humana, nunca podrán enseñarles a sus hijos a hacerlo; esto suele
degenerarse a lo largo del tiempo, por lo que hoy lo vemos con mayor frecuencia en temas de aborto, suicidios, etc.
Asimismo, es indispensable desarrollar medidas que promuevan la vida familiar, para ello es necesario tomar acciones concretas con respecto a los horarios de trabajo, hobbies de los padres entre otros aspectos que impiden la unión familiar. Resulta urgente ser conscientes que cuando formamos una familia, ésta debe convertirse en nuestra prioridad, por lo tanto debemos dejar en un segundo plano nuestros objetivos personales pues ahora tenemos a cargo a una persona que ocupa el lugar primordial de nuestra vida, por lo cual debemos centrar nuestros esfuerzos en ella y dejar de lado el egoísmo.
De igual manera, es de vital importancia que los padres prediquen con el ejemplo, ya que no pueden exigir valores y cualidades a sus hijos que ellos no poseen. Por lo tanto, los padres deben vigilar sus propios actos pues de esta forma, están construyendo la base moral de sus hijos.
Prevención
La educación escolar es un complemento de la formación que deben dar los padres en la familia. Por ello, deben elegir aquellos colegios que continúen con los valores y virtudes que ellos inculcan en sus hijos. Es por eso que el colegio es la continuación de la educación recibida en casa y debe ir en una misma línea de formación.
Crear un ambiente familiar de comunicación, donde se respeten las opiniones y los hijos tengan participación en las decisiones; evitar criticar en exceso, inclinarse más hacia la guía. Para ello, el padre o los padres deben enseñar y empezar por ellos mismos a comunicar sus emociones, brindar un espacio de confianza donde los hijos puedan hablar sobre sus dudas y problemas.
Para lograr un ambiente como tal, es necesario tener confianza en la manera en que se ha criado a los hijos y darles la libertad necesaria para ir tomando decisiones personales, lo que no quiere decir dejarlos hacer lo que quieran, siempre debe a haber un control y guía. Esto los ayudará a desenvolverse adecuadamente en una sociedad cargada de tentaciones y a tener responsabilidad sobre sus actos.
Las actividades familiares facilitan la comunicación y ayudan a mejorar la convivencia. Por eso, los padres deben darse el tiempo para realizarlas, estas van desde las comidas del día hasta paseos familiares constantes. Asimismo, los quehaceres en el hogar fomentan la participación en la familia y la responsabilidad que se tiene con ella.
Promover el amor a la vida es el punto de partida, si los padres no saben valorar la importancia de la vida humana, nunca podrán enseñarles a sus hijos a hacerlo; esto suele
degenerarse a lo largo del tiempo, por lo que hoy lo vemos con mayor frecuencia en temas de aborto, suicidios, etc.
Asimismo, es indispensable desarrollar medidas que promuevan la vida familiar, para ello es necesario tomar acciones concretas con respecto a los horarios de trabajo, hobbies de los padres entre otros aspectos que impiden la unión familiar. Resulta urgente ser conscientes que cuando formamos una familia, ésta debe convertirse en nuestra prioridad, por lo tanto debemos dejar en un segundo plano nuestros objetivos personales pues ahora tenemos a cargo a una persona que ocupa el lugar primordial de nuestra vida, por lo cual debemos centrar nuestros esfuerzos en ella y dejar de lado el egoísmo.
De igual manera, es de vital importancia que los padres prediquen con el ejemplo, ya que no pueden exigir valores y cualidades a sus hijos que ellos no poseen. Por lo tanto, los padres deben vigilar sus propios actos pues de esta forma, están construyendo la base moral de sus hijos.
Prevención
La educación escolar es un complemento de la formación que deben dar los padres en la familia. Por ello, deben elegir aquellos colegios que continúen con los valores y virtudes que ellos inculcan en sus hijos. Es por eso que el colegio es la continuación de la educación recibida en casa y debe ir en una misma línea de formación.
Crear un ambiente familiar de comunicación, donde se respeten las opiniones y los hijos tengan participación en las decisiones; evitar criticar en exceso, inclinarse más hacia la guía. Para ello, el padre o los padres deben enseñar y empezar por ellos mismos a comunicar sus emociones, brindar un espacio de confianza donde los hijos puedan hablar sobre sus dudas y problemas.
Para lograr un ambiente como tal, es necesario tener confianza en la manera en que se ha criado a los hijos y darles la libertad necesaria para ir tomando decisiones personales, lo que no quiere decir dejarlos hacer lo que quieran, siempre debe a haber un control y guía. Esto los ayudará a desenvolverse adecuadamente en una sociedad cargada de tentaciones y a tener responsabilidad sobre sus actos.
Las actividades familiares facilitan la comunicación y ayudan a mejorar la convivencia. Por eso, los padres deben darse el tiempo para realizarlas, estas van desde las comidas del día hasta paseos familiares constantes. Asimismo, los quehaceres en el hogar fomentan la participación en la familia y la responsabilidad que se tiene con ella.
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