Jesús se entregó voluntariamente a la voluntad del Padre. Como resultado fue traicionado, acusado, golpeado y juzgado. Su sacrificio no fue obligatorio, sino que fue el resultado de su valentía, deber y amor; lo que lo llevó a probar la amarga copa que le hizo sangrar por cada poro. Después que Pilatos fue testigo del enorme sufrimiento y humillación de Jesús, e incluso abogó en su defensa para que se le dejara libre, finalmente sucumbió a las demandas de los judíos. Cuando lo entregó para que lo crucificaran, lo hizo con las simples pero claras palabras: "¡He aquí el hombre!" (Juan 19:5). Sí, Jesús es el hombre. Posee todas las características del hombre verdadero e ideal. Sus caminos y no los de Satanás, conducen a la hombría. Cualquiera que crea lo contrario ya está enredado en las cadenas del engaño de Satanás. Todos debemos elegir entre el bien y el mal, entre los caminos de Dios y los de Satanás. Cuando alguien empieza a fumar para probar que es hombre, ¿hac
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