Algunas mujeres que se habían acostumbrado a esperar y recibir rosas, diamantes e
invitaciones para cenar en lugares exclusivos, no lograron con ello alcanzar estabilidad, seguridad, satisfacción, identidad o el amor realmente deseado. Otro gran número de ellas que habían dado su vida a los hombres, considerándolos como sus esposos o sus enamorados, recibieron poca consideración y retribución por ello. Muchas esposas querían desesperadamente que cambien sus esposos, para que maduren y asuman las responsabilidades para las cuales fueron creados; sin embargo ahora se dan cuenta que serán mujeres verdaderamente liberadas, únicamente cuando estén casadas con un hombre “maximizado”.
Las solteras quieren encontrar al “hombre idóneo”; sin darse cuenta que no podrán encontrar al “hombre ideal” en el lugar incorrecto.
El mundo actual ha desarrollado un modelo socioeconómico donde los pañales de bebé son desechables, las máquinas de afeitar son descartables, los utensilios de mesa y de hospital son para un solo uso y se pretende igualmente aplicar este criterio para las mujeres. Las mujeres son maltratadas, abusadas, menospreciadas y abandonadas todos los días; diariamente se cometen y se permiten atropellos en este sentido, sin que se vislumbren perspectivas de un cambio.
Ignoradas e insatisfechas, las mujeres han buscado una legislación para provocar un cambio en la sociedad, demandando públicamente que la gente cambie; además, se prepararon y organizaron durante mucho tiempo para lograr cambios en sus vidas.
¿Pero, cuál es el patrón de medida para determinar los cambios que necesitan hacerse?
¿Quiénes son las personas que deben cambiar?
¿Quiénes impulsarán e impondrán estos cambios?
¿Dónde están la justicia y el poder?
Hay un solo estilo de vida verdadero, una autoridad suprema, una perfecta justicia, una fuente de poder que es posible lograr y que está más allá de los plazos de tiempo, las presiones de la sociedad, los cambios de autoridades y las fluctuaciones en el mundo. Esta autoridad y poder se encuentran únicamente en el Señor Jesucristo, salvador del mundo, Señor de la vida y la verdad eterna.
La verdadera integridad de una mujer, no puede ser medida por los sentimientos de los varones o los requerimientos de la sociedad, sino por una mujer cuyo carácter esté forjado por la palabra de Dios. No hay otro modelo.
Extracto del libro MUJER UNICA escrito por el Dr. Edwin louis Cole y su esposa Nancy
invitaciones para cenar en lugares exclusivos, no lograron con ello alcanzar estabilidad, seguridad, satisfacción, identidad o el amor realmente deseado. Otro gran número de ellas que habían dado su vida a los hombres, considerándolos como sus esposos o sus enamorados, recibieron poca consideración y retribución por ello. Muchas esposas querían desesperadamente que cambien sus esposos, para que maduren y asuman las responsabilidades para las cuales fueron creados; sin embargo ahora se dan cuenta que serán mujeres verdaderamente liberadas, únicamente cuando estén casadas con un hombre “maximizado”.
Las solteras quieren encontrar al “hombre idóneo”; sin darse cuenta que no podrán encontrar al “hombre ideal” en el lugar incorrecto.
El mundo actual ha desarrollado un modelo socioeconómico donde los pañales de bebé son desechables, las máquinas de afeitar son descartables, los utensilios de mesa y de hospital son para un solo uso y se pretende igualmente aplicar este criterio para las mujeres. Las mujeres son maltratadas, abusadas, menospreciadas y abandonadas todos los días; diariamente se cometen y se permiten atropellos en este sentido, sin que se vislumbren perspectivas de un cambio.
Ignoradas e insatisfechas, las mujeres han buscado una legislación para provocar un cambio en la sociedad, demandando públicamente que la gente cambie; además, se prepararon y organizaron durante mucho tiempo para lograr cambios en sus vidas.
¿Pero, cuál es el patrón de medida para determinar los cambios que necesitan hacerse?
¿Quiénes son las personas que deben cambiar?
¿Quiénes impulsarán e impondrán estos cambios?
¿Dónde están la justicia y el poder?
Hay un solo estilo de vida verdadero, una autoridad suprema, una perfecta justicia, una fuente de poder que es posible lograr y que está más allá de los plazos de tiempo, las presiones de la sociedad, los cambios de autoridades y las fluctuaciones en el mundo. Esta autoridad y poder se encuentran únicamente en el Señor Jesucristo, salvador del mundo, Señor de la vida y la verdad eterna.
La verdadera integridad de una mujer, no puede ser medida por los sentimientos de los varones o los requerimientos de la sociedad, sino por una mujer cuyo carácter esté forjado por la palabra de Dios. No hay otro modelo.
Extracto del libro MUJER UNICA escrito por el Dr. Edwin louis Cole y su esposa Nancy
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