CRISIS EN LA PATERNIDAD.
Hoy está apareciendo ya una generación que ignora para qué sirve un padre. Más aún: una
generación educada en la convicción de que la figura del padre es algo intrínsecamente negativo.
Las consecuencias no se están haciendo esperar. Yo estoy convencido de que males sociales como la fragilidad del lazo matrimonial, el maltrato doméstico o la desorientación de los más pequeños están directamente relacionados con este hecho. ¿Y al menos hemos conseguido ser más libres? No. Y aquí es donde está la clave del asunto.
Como en tantas otras cosas, hoy ya hemos visto a la alimaña debajo de la piel de cordero. El objetivo final de este proceso de muerte del padre no es liberar a las mujeres de la explotación ni liberar a los jóvenes de la presión paterna. No. El objetivo es sustituir la función del padre por otra cosa. El objetivo es sustituir la autoridad paterna por el poder del Estado, del Mercado, del Sistema.
Ya no será el padre quien proponga al hijo un modo de vida. Ahora será el Estado el que imponga al hijo un modo de pensar, será el Mercado quien imponga al hijo un modo de consumir, será el Sistema quien imponga al hijo un modo de vivir. Esto no es una amenaza; esto lo estamos viendo ya a nuestro alrededor y lo vivimos todos los días en nuestras propias familias.
Por sorprendente que parezca, hay gente que considera que esto es bueno. Si manda el Estado en vez del padre, será más fácil construir una democracia.
Por ejemplo. Si manda el Mercado en vez del padre, será más próspera la economía. Por ejemplo. Son argumentos que subyacen en las posiciones de quienes defienden asignaturas adoctrinadoras en la enseñanza o pautas de consumo emancipadas en los jóvenes. Y a lo mejor tienen razón. El problema es que si entregamos nuestras vidas al Estado y al Mercado, corremos el grave riesgo de perder nuestra libertad, porque nadie sabe qué rostro hay detrás de estos nombres tan rimbombantes. Esto ya sería suficiente para rebelarse.
Pero es que hay un peligro aún mayor, y es el siguiente: si sustituimos al padre y a la madre por el Estado y el Mercado, estaremos yendo contra la naturaleza humana. Y esto es mucho peor, porque ir contra la naturaleza sólo conduce al desastre y al caos. Y sobre la pérdida de libertad se añadirá la demencia colectiva. Hoy no estamos lejos de ese punto.
Frente a esta situación, es urgente reivindicar la figura del padre. Una figura que encarna cosas muy simples: ordenación y ley. Donde la figura de la madre encarna el amor y la ternura, la del padre debe encarnar el deber, el orden, lo que hay que hacer para que la sociedad funcione.
Por decirlo en términos muy simples: la madre cría al hijo y el padre lo orienta a la vida adulta. Eso no quiere decir que el padre no ame, al revés: nada de eso funciona sin amor. Pero sí quiere decir que la madre tiene una función y el padre tiene otra. Que el papá no puede ser una mamá suplementaria ni un colega del hijo. Ya sé que esto exige un esfuerzo, pero también lo exige trabajar, ganar dinero, hacer footing, seguir la dieta o ponerse un piercing. Y sí, claro, es más fácil entregar funciones al Estado o al Mercado; pero ya he dicho que eso conduce directamente a la pérdida de libertad y al caos social.
Hoy vivimos en la primera sociedad materialista de todos los tiempos, y también en la sociedad más artificial de la Historia.
Los resultados están a la vista. La deshumanización de nuestras sociedades es un hecho. Por eso creo que ha llegado el momento de plantear con fuerza el rescate de la figura del padre como uno de los objetivos fundamentales de la regeneración social.
DE LA FALTA DE PADRES SE VALIÓ EL COMUNISMO PARA, LEVANTAR A SUS LÍDERES COMO PADRES de Rusia , PONIENDO SUS FOTOS EN TODAS PARTES, TAMBIÉN LO USO HITLER, PARA ERIGIRSE COMO PADRE DE ALEMANIA Y LO USAN TODOS LOS LÍDERES DE SOCIEDADES CARENTES DE PADRES.
Y AHORA EL HOMOSEXUALISMO QUIERE HACER LO MISMO, ANULAR LA FIGURA PATERNA. ES LA NUEVA ESTRATEGIA DE LA IZQUIERDA, POR ESO APOYA LA UNION HOMESEXUAL.
generación educada en la convicción de que la figura del padre es algo intrínsecamente negativo.
Las consecuencias no se están haciendo esperar. Yo estoy convencido de que males sociales como la fragilidad del lazo matrimonial, el maltrato doméstico o la desorientación de los más pequeños están directamente relacionados con este hecho. ¿Y al menos hemos conseguido ser más libres? No. Y aquí es donde está la clave del asunto.
Como en tantas otras cosas, hoy ya hemos visto a la alimaña debajo de la piel de cordero. El objetivo final de este proceso de muerte del padre no es liberar a las mujeres de la explotación ni liberar a los jóvenes de la presión paterna. No. El objetivo es sustituir la función del padre por otra cosa. El objetivo es sustituir la autoridad paterna por el poder del Estado, del Mercado, del Sistema.
Ya no será el padre quien proponga al hijo un modo de vida. Ahora será el Estado el que imponga al hijo un modo de pensar, será el Mercado quien imponga al hijo un modo de consumir, será el Sistema quien imponga al hijo un modo de vivir. Esto no es una amenaza; esto lo estamos viendo ya a nuestro alrededor y lo vivimos todos los días en nuestras propias familias.
Por sorprendente que parezca, hay gente que considera que esto es bueno. Si manda el Estado en vez del padre, será más fácil construir una democracia.
Por ejemplo. Si manda el Mercado en vez del padre, será más próspera la economía. Por ejemplo. Son argumentos que subyacen en las posiciones de quienes defienden asignaturas adoctrinadoras en la enseñanza o pautas de consumo emancipadas en los jóvenes. Y a lo mejor tienen razón. El problema es que si entregamos nuestras vidas al Estado y al Mercado, corremos el grave riesgo de perder nuestra libertad, porque nadie sabe qué rostro hay detrás de estos nombres tan rimbombantes. Esto ya sería suficiente para rebelarse.
Pero es que hay un peligro aún mayor, y es el siguiente: si sustituimos al padre y a la madre por el Estado y el Mercado, estaremos yendo contra la naturaleza humana. Y esto es mucho peor, porque ir contra la naturaleza sólo conduce al desastre y al caos. Y sobre la pérdida de libertad se añadirá la demencia colectiva. Hoy no estamos lejos de ese punto.
Frente a esta situación, es urgente reivindicar la figura del padre. Una figura que encarna cosas muy simples: ordenación y ley. Donde la figura de la madre encarna el amor y la ternura, la del padre debe encarnar el deber, el orden, lo que hay que hacer para que la sociedad funcione.
Por decirlo en términos muy simples: la madre cría al hijo y el padre lo orienta a la vida adulta. Eso no quiere decir que el padre no ame, al revés: nada de eso funciona sin amor. Pero sí quiere decir que la madre tiene una función y el padre tiene otra. Que el papá no puede ser una mamá suplementaria ni un colega del hijo. Ya sé que esto exige un esfuerzo, pero también lo exige trabajar, ganar dinero, hacer footing, seguir la dieta o ponerse un piercing. Y sí, claro, es más fácil entregar funciones al Estado o al Mercado; pero ya he dicho que eso conduce directamente a la pérdida de libertad y al caos social.
Hoy vivimos en la primera sociedad materialista de todos los tiempos, y también en la sociedad más artificial de la Historia.
Los resultados están a la vista. La deshumanización de nuestras sociedades es un hecho. Por eso creo que ha llegado el momento de plantear con fuerza el rescate de la figura del padre como uno de los objetivos fundamentales de la regeneración social.
DE LA FALTA DE PADRES SE VALIÓ EL COMUNISMO PARA, LEVANTAR A SUS LÍDERES COMO PADRES de Rusia , PONIENDO SUS FOTOS EN TODAS PARTES, TAMBIÉN LO USO HITLER, PARA ERIGIRSE COMO PADRE DE ALEMANIA Y LO USAN TODOS LOS LÍDERES DE SOCIEDADES CARENTES DE PADRES.
Y AHORA EL HOMOSEXUALISMO QUIERE HACER LO MISMO, ANULAR LA FIGURA PATERNA. ES LA NUEVA ESTRATEGIA DE LA IZQUIERDA, POR ESO APOYA LA UNION HOMESEXUAL.
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